En Uruguay hay más gente en la cárcel que en la ciudad de Libertad. Hay tantos presos como la suma de los habitantes de Tala, Guichón y La Paloma. Hay más personas detrás de las rejas que residentes en Ciudad Vieja, en Punta Gorda o La Comercial. De ahí que el sistema penitenciario sea —por el tamaño de su población, por los recursos y el aislamiento del resto de la sociedad— un “sub-Estado” dentro del Estado uruguayo, como lo definió Juan Miguel Petit, el comisionado parlamentario para las cárceles.
Este lunes el “contabilizador” de reclusos alcanzó el umbral y la cifra redonda de 15.000 personas. Cada 200 uruguayos, uno está preso. Eso convierte al país como el Estado de Sudamérica con más encarcelados per cápita, y sitúa a Uruguay como el décimo país en el mundo con la tasa más alta de prisionización.
El director del Instituto Nacional de Rehabilitación, Luis Mendoza, confirmó a El Observador que la cifra de 15.000 presos, a la que se llegó el lunes 7 por primera vez, está implicando un estudio específico del Ministerio del Interior. No obstante, el martes el “contabilizador” descendió a 14.961, al mediodía de este miércoles subió a 14.971 y es probable que siga variando con el correr de los días pero con una tendencia al alza.
El sistema carcelario es como un hipertenso, describe el comisionado parlamentario Petit. La cantidad de reclusos sube un poco, baja, sube, pero sin cambios en los hábitos “la tendencia es que siga subiendo”.
Esos 15.000 presos son solo la foto de un momento. La película, en cambio, muestra una puerta giratoria de entradas y salidas. A tal punto que Petit y el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, coincidieron en la necesidad de darles a los recién egresados una tarjeta de alimentos que evite la reincidencia inmediata.
En esa película, a su vez, hay escenas que el ministro de Interior, Luis Alberto Heber, había definido como “el infierno” y que los informes oficiales del Parlamento catalogaron de condiciones infrahumanas.
Como ejemplo, Petit recordó una visita que realizó el pasado abril al módulo 2 de la cárcel de Canelones. En el sector B “había unos 201 internos, unos 30 de ellos no tenían celda y dormían en el piso de la planchada interior, y que en las existentes 33 celdas del sector, no había camas en ninguna de ellas, encontrando, luego de recorrer y fotografiar las celdas una por una, que había solamente una cucheta en todo el celdario. Si sumamos a ello las casi nulas actividades de rehabilitación, el deterioro general del lugar, el pésimo estado de duchas, saneamiento e instalaciones eléctricas, el hacinamiento de las celdas, la conclusión es muy dolorosa y en pocas palabras solo cabe decir que el sector debe ser o bien cerrado o reformado total y urgentemente”.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá