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Nafta y gasoil se abarataron $ 2 en diciembre: ¿había espacio para una baja mayor?
El viernes 1º de diciembre quedaron vigentes las nuevas tarifas de los combustibles que regirán hasta que termine el 2023.
La decisión del Poder Ejecutivo fue que el precio máximo de venta al público para la nafta Súper 95 bajara $ 2, y pasara de $ 77,54 a $ 75,54 por litro. En tanto, el precio máximo del gasoil 50S también se abarató $ 2, y pasó de $ 59,39 a $ 57,39 por litro.
¿Había espacio para un baja mayor de combustibles en diciembre?
Pasado el anuncio, vale ver los números con algo más de detalle. ¿Había margen para una baja de tarifas mayor a $ 2? Las cifras oficiales basadas en el PPI que publica Ursea dicen que sí. Eso, si el gobierno hubiera seguido a rajatabla lo que marca la regla.
Tras el último decreto del Poder Ejecutivo, los ingresos de Ancap por litro de Súper 95 quedaron $ 1,56 por encima del PPI, mientras que el ingreso por cada litro de gasoil comercializado quedó $ 1 arriba del PPI. Es decir, que la nafta y el gasoil tenían espacio para bajar alrededor de $ 3.
Hay que mencionar que el informe PPI que elabora Ursea no es el único elemento que toman en cuenta las autoridades. Al momento de decidir también se consideran las proyecciones financieras de Ancap -que tiene parada la refinería por mantenimiento y está importando refinados-, y aspectos de la coyuntura económica.
En este caso, el gobierno optó por trasladar a las tarifas locales solo una parte de la caída de los precios internacionales. En otros meses pasó lo opuesto , y las tarifas llegaron a bajar o quedaron congelados, aún cuando el PPI decía que debían aumentar.
En el caso del supergás, el precio máximo de venta al público también quedó fijo en $ 76,75 por kilo durante diciembre. Este energético que está subsidiado se ubica actualmente $ 14,4 por debajo del PPI.
Hasta setiembre las tarifas habían absorbido una parte de las fluctuaciones de los precios internacionales, lo que se vio reflejado en menores ingresos para Ancap.
El saldo muestra que entre enero y setiembre, el ente había resignado US$ 60 millones, según datos oficiales, como resultado de la diferencia entre los precios realmente percibidos por Ancap y el teórico definido por la metodología PPI.
La brecha negativa fue de US$ 59 millones en las naftas, de US$ 26 millones en el supergás, y de US$ 13 millones en el subsidio focalizado del supergás. En tanto, el gasoil común tuvo una diferencia positiva respecto al PPI de US$ 38 millones.
