Sanguinetti y Mujica conversan previo a la presentación, mientras son fotografiados y filmados por los medios de comunicación

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Mujica y Sanguinetti en El horizonte, otro reto por preservar la democracia en medio de un “mar de incertidumbre”

Los expresidentes Mujica y Sanguinetti participaron de la presentación del libro El horizonte, conversaciones sin ruido
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09 de noviembre de 2022 a las 05:02

Ambos expresidentes miran una pared en blanco. A sus espaldas tienen las butacas vacías de la Sala Azul de la Intendencia de Montevideo, donde en unos minutos comenzaría la presentación del libro El horizonte, conversaciones sin ruido entre Sanguinetti y Mujica.

Sentados, José Mujica y Julio María Sanguinetti posan sobre sus asientos como si estuvieran estratégicamente ubicados. De hecho lo están. Tienen una charla informal y distendida como si no hubiese decenas de cámaras de los medios de comunicación.

Minutos más tarde se acerca el periodista Gabriel Pereyra, uno de los autores del libro y los saluda. Detrás, Marta Canessa y Lucía Topolansky esperan por la presentación, mientras intercambian alguna palabra, codo con codo.

Marta Canessa y Lucía Topolansky

Quince minutos después ambos expresidentes se paran y se ubican en sus lugares: eran cuatro asientos negros desde donde repasaron vivencias y recordaron de aquellos encuentros que sirvieron como insumo para la publicación del libro.

Alejandro Ferreiro, quien comparte la autoría de libro con Pereyra, prendió la radio aquel día en que se hacía campaña por el referéndum de la Ley de Urgente Consideración, y escuchó una entrevista a Sanguinetti. Al expresidente le preguntaron entonces por qué no debatía con Mujica. Respondió que no estaba para debates, más que eso debería sentarse a hablar de la vida con el líder del Movimiento de Participación Popular (MPP) porque ambos ya estaban grandes.

Allí contactó a Pereyra y surgió la idea de El horizonte. Fueron seis martes en los que se juntaron los cuatro en la editorial, café de por medio. El resultado: el libro del que todos dicen por doquier que solo en Uruguay se puede hacer algo por el estilo. “Somos chiquitos, en alguna cosa nos tenemos que destacar”, bromeó Mujica.

De izquierda a derecha, Alejandro Ferreiro, José Mujica, Julio María Sanguinetti y Gabriel Pereyra

Para Sanguinetti hoy el desafío es doble: no solo “mantener lo que somos”, sino preservarlo en un mundo que “está en un mar de incertidumbre” respecto al “destino de la democracia”.

Y luego sugirió: “No creo que veamos a Obama y Trump juntos”.

En palabras de Mujica, “es una conversación de boliche de dos veteranos. Que muchas cosas pueden ser antípodas, pero que no se agreden. Se respetan y pueden intercambiar”. Agregó: “Si discutimos nuestras diferencias y nunca discutimos los puntos que en que estamos cercanos, cada vez vamos a estar más lejos”.

“Guardo la pesimista esperanza de que esto sea un gran paso para la República y sus valores”, acotó Pereyra.

Gabriel Pereyra saluda a los expresidentes antes de la presentación

La deuda social y una planta por regar

Para Sanguinetti, “la plantita democrática es bastante frágil y hay que regarla todos los días”. “Y en eso estamos”, dijo, luego de que Pereyra fuera un poco más pesimista con un “por ahora”.

Mujica aprovechó para recordar su visita a Brasil, donde Lula da Silva le ganó por un margen ajustado al derechista Jair Bolsonaro. “Hace pocos días anduve por ahí con mi viejo esqueleto. Hay una deuda con nuestra América Latina. Tenemos una formidable deuda social. Pero tenemos que cuidar lo que tenemos, tenemos que cuidar las relaciones humanas. No se le puede imponer a un pueblo que viva cuarenta, cincuenta o 60 años con sacrificio. Hay que cuidar lo que se ha hecho pero ser consciente de lo mucho que falta”, acotó ante algo más de 200 personas que participaron de la presentación.

Mujica y Cosse se saludan previo a la presentación del libro El horizonte

Entre los asistentes estuvo la intendenta Carolina Cosse, quien incluso recibió un piropo de Mujica. “Señora intendenta gracias por estar acá. Yo no sé cómo hace para conservarse tan buena moza con la tarea que tiene. No sé cómo hace. Solamente las mujeres tienen ese arte. ¡Qué barbaridad. Mire cómo estamos nosotros!”, dijo, mirando a Sanguinetti.

“Hable por usted, Pepe, yo me siento bárbaro”, acotó el expresidente colorado.

Fue luego de las polémicas declaraciones de Mujica a El Observador. "Yo la respeto mucho a Carolina, la respeto mucho. Tiene un don a favor: es mujer, y están de moda", dijo el exmandatario este lunes. Luego pidió disculpas y dijo que le había errado al tono del discurso.

Un reclamo a Sanguinetti

Integrantes de Plenaria Memoria y Justicia irrumpieron en la sala, en silencio, con carteles que mostraban rostros de personas asesinadas previo a la dictadura militar en Uruguay. Fue durante el discurso de Sanguinetti.

Fue un reclamo de justicia que hicieron siete integrantes del colectivo, entre ellos Irma Leites. "Que no se olviden (de estas personas). Fueron asesinadas mientras Sanguinetti era ministro y Mujica sabe todo”, dijo Leites a El Observador.

Reclamo de integrantes de Plenaria Memoria y Justicia, entre ellos Irma Leites (a la izquierda)

El reclamo no interrumpió el discurso de Sanguinetti, quien siguió con su oratoria hasta que los integrantes de Plenaria Memoria y Justicia se retiraron con los carteles.

Las personas que aparecían en los carteles fueron asesinadas entre 1971 y 1973 previo a la dictadura militar. Aparece Santiago Rodríguez Muela, obrero del Partido Comunista Revolucionario, el integrante del MLN-T, Manuel Ramos Fillipini y el escritor Íbero Gutierrez, asesinado por el Escuadrón de la Muerte en 1972. A su vez, en los carteles están los Obreros de la seccional 20 del Partido Comunista, también asesinados en 1972.

 

El horizonte

El horizonte se vende así: uno es liberal, el otro socialista; uno defiende las razones del protocolo, el otro se ha encargado de dinamitar las formalidades de la autoridad; uno es colorado, el otro es de origen blanco; uno es traje y zapatos de suela, el otro, camisa leñadora y botas de trabajo.

Los dos pasaron los 80 años de vida. Los dos fueron presidentes de la República Oriental del Uruguay y, por sus diferencias, son dos caras opuestas. Por sus similitudes, son una misma moneda.

Les propusimos llevar a cabo una serie de reuniones en un ambiente distendido, para que conversaran sin interferencias. La consigna era no sumergirse en el pasado, terreno ya visitado, sino hablar del país, que atraviesa un momento de peligrosa crispación; y hacerlo mirando hacia el futuro. Ambos aceptaron generosamente el reto y el resultado es este libro, que tiene aspiraciones de vencer la efímera urgencia del debate político. Las reflexiones de estos dos hombres, que en la política y en el ejercicio del poder parecen haberlo visto todo, se enfocan en el reconocimiento de que aquellas cosas que dividen a los seres humanos, no obstan para que estos, como le viene ocurriendo a nuestra especie desde sus orígenes, solo puedan avanzar hacia un mismo lugar: el horizonte.

 

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