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La economía uruguaya cayó 1,4% en el segundo trimestre del año
La economía uruguaya se contrajo en el segundo trimestre de 2023, según el informe de Cuentas Nacionales divulgado este jueves por el Banco Central del Uruguay (BCU).
El Producto Interno Bruto (PIB) cayó 1,4% respecto al trimestre inmediato anterior (enero-marzo), es decir en términos desestacionalizados. En tanto, en la medición interanual, la actividad económica descendió 2,5% respecto al período abril-junio del año pasado.
Los datos fueron peores a lo anticipado en pronósticos oficiales y de analistas privados, en función de las señales negativas que habían mostrado distintos indicadores indirectos, como exportaciones, núcleo industrial, y la recaudación de DGI, en particular el IVA, entre otros.
En el período de referencia se destaca un impacto mayor de la sequía, con caída en actividades vinculados al agro y de la generación hidroeléctrica. Esto fue parcialmente contrarrestado por el desempeño positivo de actividades como transporte y almacenamiento, información y comunicaciones, y actividades profesionales y arrendamientos.
La mirada de los analistas
El economista, Javier De Haedo, destacó que el PIB del segundo trimestre estuvo por debajo del PIB del cuarto trimestre de 2021. “En este año y medio ha pasado de todo, de ambos signos. La constante ha sido el desplome del tipo de cambio real. Pueden sentir lo que quieran menos sorpresa”, apuntó en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), señaló que el nuevo dato “recoge de manera directa” el efecto de la sequía en las exportaciones y el fin de la obra de UPM2 en las inversiones. “Es esperable una mejora en el segundo semestre, una vez que se revierta el shock de oferta”, señalaron.
La consultora Exante afirmó que el desempeño del PIB “fue peor a lo previsto”, pero también destacó que se revisaron al alza las cifras del primer trimestre (de 0,9% a 1,3% desestacionalizado y de 1,2% a 1,5% interanual).
“La sequía y el fin de las obras asociadas al proyecto UPM2 fueron determinantes clave de la caída. Sin embargo, varios rubros de servicios tuvieron un desempeño pobre en el último trimestre”, señaló la consultora.
Consumo, inversión y exportaciones
Durante el segundo trimestre el consumo de hogares creció 4,8%. Aquí se destaca en parte la compra de servicios de transporte para viajes a Argentina, y bienes durables.
En tanto, las exportaciones de bienes y servicios cayeron 6,3% en términos interanuales, con menores ventas de soja y de carne, mientras que las importaciones de bienes y servicio aumentaron 7,5%, principalmente por compras de energía eléctrica a Brasil para cubrir la demanda local.
También se observó una expansión en el gasto de turismo en el exterior, asociado a mayores salidas de turistas con destino a Argentina. Por su parte, la inversión en activos fijos cayó 7,6%.
Las proyecciones para 2023
Los analistas que participaron de la última encuesta de expectativas del BCU, proyectaron en mediana que la economía uruguaya crecería alrededor de 1% en 2023, y entre 2,7% y 3% el año próximo. Esos valores son algo más pesimistas que los manejados por el gobierno en la Rendición de Cuentas: 1,3% en 2023, y 3,7% en 2024.
Habrá que esperar a los próximos días para conocer si la estimación para 2023 tiene algún tipo de corrección.
El impacto de la sequía
Otros sectores que cayeron
En tanto, la industria de la construcción se contrajo 6,6%. Se observó una caída tanto en las obras de edificios, asociado con la disminución de inversión en la segunda planta de celulosa de UPM, como en las otras construcciones, donde incidió de manera negativa la menor inversión en las obras del Ferrocarril Central.
Esto fue parcialmente contrarrestado por un mayor dinamismo en obras viales y líneas de energía, y en menor medida, líneas de comunicación, de acuerdo con el informe oficial.
Además, el sector de comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas descendió 1,8%. La actividad comercial tuvo una caída asociada a la disminución de servicios, debido a la menor comercialización de soja, y en menor medida de combustibles. Esto no pudo ser compensado por el aumento observado en ventas de bienes durables de origen importado.
Finalmente la industria manufacturera tuvo una variación negativa de 1,5%, con menor producción en industrias de alimentos, especialmente frigoríficos. La producción de celulosa incidió de manera positiva asociado con la puesta en marcha de la nueva planta de celulosa de UPM.
Uno de los sectores que creció en comparación al año pasado fue transporte y almacenamiento, información y comunicaciones (+2,5%). Esto fue impulsado por mayor producción de servicios de tecnologías de la información asociado a mayor demanda externa, y de telecomunicaciones que se explica por crecimiento en producción de servicios de datos.
Los servicios financieros crecieron 0,9%; actividades profesionales y arrendamientos 3,5%; y salud, educación, actividades inmobiliarias y otros servicios 0,6%.
