TikTok, desde el año 2020, ha experimentado un crecimiento sin precedentes como la red sociodigital de mayor envergadura. Su expansión, acentuada durante la pandemia, ha alcanzado a más de 1.000 millones de usuarios a nivel mundial, entre los cuales se encuentran numerosos jóvenes de 13 a 17 años.
Un informe reciente de Amnistía Internacional arroja luz sobre el impacto significativo que esta plataforma china ejerce en la salud mental y la privacidad de los argentinos. A principios de este año, la cantidad de usuarios mayores de 18 años en el país ascendía a aproximadamente 16,2 millones.
Bajo el título "Domar el algoritmo", esta investigación, liderada por Martín Becerra y Victoria Irisarri, se enfocó en el uso de la plataforma por parte de adolescentes y jóvenes de 13 a 35 años en cinco ciudades argentinas.
Detrás de la aparentemente infinita variedad de videos y contenido creativo, se revela un modelo de negocio altamente extractivo que recopila información de cada usuario, incluso sin autorización, poniendo en riesgo la privacidad individual. La plataforma, además, puede convertirse en un entorno tóxico y adictivo para niños, niñas y jóvenes, afectando su autoimagen, salud mental y bienestar. Existe la amenaza de caer en espirales de contenido que desencadenan depresión y autolesiones.
El informe no sólo describe estos desafíos, sino que también presenta numerosas recomendaciones tanto para el Estado argentino como para la propia empresa china.
Desde la perspectiva de los usuarios, TikTok se percibe como altamente adictivo, generando una angustia generalizada sobre la pérdida de tiempo y el control personal al utilizar la aplicación. A diferencia de otras redes, TikTok no construye comunidades, sino que aísla al usuario al proporcionar contenido basado en su huella digital, incluso sin autorización expresa.
Uno de los puntos destacados del trabajo de Becerra y su equipo aborda la reconfiguración de la relación con el tiempo que experimentan los usuarios de TikTok. El carácter absorbente de la plataforma conduce a testimonios de pérdida de tiempo, descontrol e incluso sensación de abducción por parte de la plataforma.
Es imperativo destacar que el autodiagnóstico ha surgido como una práctica común en la plataforma, abarcando desde temas relacionados con la belleza hasta trastornos o enfermedades mentales. Este fenómeno plantea preocupaciones, ya que la información sobre salud mental se procesa sin la debida curaduría profesional o científica, afectando especialmente a las franjas más jóvenes de la población.
El trabajo le recomienda al Estado argentino “impedir la elaboración de perfiles personalizados de menores de edad”, “exigir que TikTok cuente con un sistema de recomendación no personalizado como opción para los usuarios”, “establecer el derecho de todos los usuarios a conocer qué criterios de selección determinaron la clasificación y presentación de los contenidos recomendados por la plataforma”, “exigir que todas las campañas publicitarias en las redes sociodigitales estén claramente etiquetadas como tales” y “exigir que se etiqueten todos los bots”, entre otras.
A la empresa le piden, entre otras cosas:
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