Estos primeros días del año tuvieron al presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, como protagonista de varias noticias en un período en el que la información escasea. Por un lado, decidió mostrarse en las redes al publicar dos fotos en las playas de José Ignacio y zonas cercanas, donde veranea, y otra cocinando tortilla de papas. Pero también hizo declaraciones a los medios este lunes, luego de participar del primer Secretariado Ejecutivo de 2023, en las que lanzó dardos hacia varios lados.
Con sus comentarios buscó bajarle decibeles a los ánimos oficialistas sobre la temporada: dijo que no se puede hablar de temporada récord sin medir el turismo con “mecanismos técnicos más que estados de ánimo", y atrajo hacia sí críticas de varios ministros y jerarcas. Además sentenció que la coalición gobernante está pegada con "pegamento muy débil" mientras que el Frente Amplio está haciendo las cosas lo suficientemente bien como para volver a gobernar”. Ya había dicho días atrás en Paysandú que el oficialismo “sabe mejor” que nadie que “el Frente Amplio va a volver a ganar”.
Es cierto que luego de dos años el FA logró ubicarse en su rol opositor: el final de 2022 encuentra a la izquierda mejor parada que al oficialismo, como lo mostraron las últimas encuestas que le dieron un leve favoritismo frente a la coalición gobernante. Aún así, en política nunca está todo dicho y como ya ha quedado demostrado en la anterior elección no se puede dar nada por ganado ni es bueno cebarse porque los porrazos están a la vuelta de la esquina.
En eso contó con dos buenos aliados: Marset y Astesiano le vinieron al Frente Amplio como anillo al dedo. Y ambos temas seguirán. El Secretariado Ejecutivo del que participó Pereira evaluó volver a llamar a los ministros del Interior, Luis Alberto Heber, y de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo para que expliquen los nuevos hechos que se conocieron en torno a la entrega del pasaporte a Marset, y en cuestión de días comenzarán a revelarse los audios del celular de Astesiano que hasta ahora no se conocían.
El presidente del Frente Amplio, que se encamina a cumplir un año en el cargo –asumió el pasado 5 de febrero, aniversario de la fundación de la coalición de izquierda–, ha decidido ser uno de los dirigentes más agresivos.
Así lo demostró cuando después de que renunció la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Ache, pidió la renuncia de Heber y Bustillo, de Maciel y de otros jerarcas policiales. Opinó que debería haber “6 o 7 renuncias colocadas arriba de la mesa del presidente". También pidió, en una entrevista con Montevideo Portal, la renuncia del ministro de Desarrollo Social, Martín Lema por “perseguir pobres” y “convivir bien con la mentira”
¿Qué busca Pereira con esta actitud? ¿Cuál ha sido su capital desde que asumió en el FA?
Es conocido que ganó con el 70% de los votos y un amplio apoyo de los sectores, a diferencia de sus predecesores Javier Miranda y Mónica Xavier, que solo habían obtenido el apoyo de algunos grupos,. Eso dejó al exsindicalista muy bien parado desde el vamos.
Su primera tarea como presidente del Frente fue encabezar la campaña por el referéndum por la LUC y lograr posicionar a la oposición en la agenda pública. Y si bien perdió la pulseada por la ley, logró volver a conectar con las bases y con las organizaciones de izquierda. Le dio un envión a los órganos de conducción del partido pidiendo que participaran dirigentes de peso del Secretariado y la Mesa Política, se lanzaron a tener presencia en todo el país con la campaña “El Frente Amplio te escucha”, una iniciativa que culminará a fines de 2023, con el Congreso del FA. Ese será el hito más pesado en el que lanzarán el programa y proclamarán las candidaturas para las elecciones de 2024.
El gran desafío que tendrá el FA es presentar propuestas que se ajusten a lo que la gente necesita. Así como el gran acierto de la coalición fue poner el énfasis en puntos en los que la izquierda en sus 15 años de gestión hizo agua, como la seguridad, ahora deberá convencer de que tiene algo distinto para ofrecer, como supo hacerlo en 2004, lo que le permitió dejar de ser opositor para convertirse en gobernante.
En esa tarea a Pereira, como presidente del partido, le cabe un rol importante. Por eso se ha dedicado a recorrer el país y dar señales hacia las bases. Y también los medios de comunicación, donde logró una mayor presencia.
El expresidente Julio María Sanguinetti se refirió el domingo, en entrevista con El País, al rol que ha asumido Pereira “de dirigente sindical muy respetado y acuerdista” a “político iracundo, al cual le está pasando lo mismo que le pasó a Javier Miranda y Rafael Michelini: el cargo se come al personaje”.
El exdirigente sindical, proveniente de Articulación, el grupo más moderado de la central y militante de la Vertiente Artiguista en el FA, cumplió desde el PIT-CNT un rol de fortalecedor de la unidad sindical. Esas fueron sus virtudes para encargarle la conducción del partido, pero no se puede negar que en ese cargo tiene también proyección política. Habrá que ver, no ahora pero tal vez en un futuro, si el candidato no se come al presidente.
Pereira tendrá que definir si va por el camino de criticar y cuestionar todo lo que provenga del gobierno, o si concentra sus energías en trabajar para aportar un modelo de país con el que puedan conquistar no sólo a los fieles seguidores de la izquierda sino a los desencantados con la política.
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