El Banco Central del Uruguay (BCU), resolvió este martes reducir la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 75 puntos básicos, desde 10,75% a 10%, en busca de anclar las expectativas de inflación de los agentes económicos. Se trata de la tercera baja de tasas, tras los recortes realizados en abril y junio pasado.
Esta decisión llega pocos días después que la medición de inflación mostrara una nueva caída de los precios en el mes de julio (4,79%). Con ello la inflación se ubica hoy dentro del rango meta establecido por las autoridades (entre 3% y 6%). Además está 4,8 puntos porcentuales por debajo del mismo mes del año 2022 y en su nivel más bajo de los últimos 17 años. En tanto, la inflación subyacente se ubicó en 3,99% y se redujo en una magnitud similar al Índice de Precios del Consumo (IPC).
El Comité de Política Monetaria (Copom), destacó que espera que en los próximos meses "continúe la reducción de la inflación interanual y el descenso de las expectativas".
La proyección del BCU para el horizonte de política monetaria (24 meses) es de una inflación de 5,3%, manteniéndose en el rango objetivo durante todo el período.
En la actualidad la inflación esperada por la mediana de los analistas en el horizonte de 24 meses (relevante para la política monetaria) se ubica en 6,6%, de acuerdo con la encuesta del BCU. Esto es algo menos de 1 punto porcentual por arriba del techo del rango meta (entre 3% y 6%), y todavía distante del centro del rango (4,5%).
En ese sentido, el Copom valoró la reciente reducción de la inflación esperada por los analistas, “en una tendencia lenta pero continua”, según el comunicado oficial.
Por su parte, las expectativas de los empresarios uruguayos siguen desancladas y proyectan una inflación de 8% para los próximos 24 meses, de acuerdo al relevamiento que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El Copom valoró positivamente que “si bien en mediana se mantuvo constante, la media muestra un descenso respecto a la medición anterior”.
El pasado 18 de abril el Copom había bajado la tasa de interés en 25 puntos básicos a 11,25%, y repitió la medida a comienzo de julio con un descenso de 50 puntos básicos hasta 10,75%. Con la decisión de este jueves la política monetaria se hace menos contractiva.
Una de las finalidades del Banco Central es la estabilidad de precios, como forma de preservar el valor de la moneda, o sea la capacidad de compra del peso uruguayo.
La actual política monetaria en Uruguay es un esquema de metas de inflación basado en tasas de interés. La variable principal de referencia es la tasa del mercado de dinero interbancario a 1 día de plazo.
La política monetaria busca que esta tasa transmita su señal al resto de las tasas de interés de la economía consistente con el objetivo de inflación. Es decir, termina incidiendo en el costo del dinero de los eslabones de la economía doméstica.
El descenso de la tasa de interés podría jugar a favor de una suba en el precio del dólar en el mercado local. Esto en la medida que las colocaciones de títulos en pesos se vuelven algo menos atractivas de lo que eran anteriormente, y puede favorecer que distintos agentes como bancos y AFAP tomen posiciones en dólares.
De todas maneras, no es el único elemento que incide en la cotización del dólar. También juegan las expectativas que pueda tener el mercado sobre los futuros pasos que dará el Central, y otros aspectos de la coyuntura económica local, regional y global.
“Cuando se tiene un tipo de cambio flotante, lo que hace es reflejar todas las condiciones de la economía. Lo que hay que entender es que buena parte de la apreciación que ha tenido el tipo de cambio es porque la economía está andando bien. La economía ha recibido hasta el año pasado buenos precios desde afuera. Hoy sigue teniendo exportaciones de servicio cada vez mejores. El 2022 fue año récord de inversión extranjera directa. Tiene una serie de flujos que son los que hacen que la economía se aprecie, que el tipo cambia se aprecie. El tipo de cambio termina siendo una consecuencia del funcionamiento de la economía y eso es parte de lo que hay que entender. No mirar con la cabeza de tipo de cambio fijo”, afirmó el presidente del BCU, Diego Labat en entrevista con El Observador días atrás.
"Hay cierto desalineamiento, eso nos debería hacer pensar que el tipo de cambio va a corregir en algo, pero no va a ser ni hoy, ni mañana, ni la semana que viene, porque va a depender un poco de las expectativas de los distintos agentes y de las propias inversiones que está recibiendo el país. En definitiva el tipo de cambio flota y eso lo termina resolviendo oferta y demanda de dólares. No es otra cosa”, añadió el economista.
La moneda estadounidense se negoció este martes a $ 38,007 en el interbancario y acumula un descenso de 5,16 % en el año. La última operación de la jornada se pactó en $ 37,9, es decir 0,26% menos que el lunes.
Por su parte, el economista Aldo Lema señaló en su cuenta de Twitter que "estando la baja de 75 puntos básicos esencialmente incorporada en los precios de mercado, no deberían esperarse mayores efectos financieros del recorte".
Para el economista Javier de Haedo, "la política monetaria sigue contractiva y esta rebaja ya estaba incorporada. Nada relevante va a pasar con el tipo de cambio. Por lo menos hacia arriba", dijo.
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