Elon Musk con Jair Bolsonaro. A un año de la compra de la red social X, el magnate le dio una orientación hacia la derecha

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A un año de la compra de X, antes Twitter, la red social pierde fuerza y gira a la derecha

Después de la compra por parte de Elon Musk, el sitio que antes impulsó movimientos sociales como Black Lives Matter ahora viró hacia ideas de derecha, según un estudio publicado por The Washington Post
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29 de octubre de 2023 a las 05:00

A fines de octubre de 2022, Elon Musk pagó U$S 44.000 millones por la red social Twitter y la refundó como X. En ese momento, el magnate sostenía que la iba a liberar del “virus mental woke”. Sin embargo, un año después, según un estudio analizado por The Washington Post, las perspectivas de negocio del sitio muestran que no cumplen con esa propuesta.

El número de personas que tuitean activamente cayó más de un 30%, según datos publicados por el diario estadounidense. El empresario creador de Tesla y SpaceX que rebautizó como X la red social que compró “está sufriendo una hemorragia de anunciantes e ingresos”.

Musk sí cumplió con su promesa original en el aspecto que Twitter se volvió menos “woke”. Mediante cambios de producto, de política y de su propia presencia en la plataforma, Musk cambió la orientación: el sitio que impulsó movimientos sociales como la Primavera Árabe, Black Lives Matter y #MeToo ahora se movió a la derecha, especialmente en Estados Unidos.

Un análisis del The Washington Posttomado de docenas de personas influyentes y figuras mediáticas conservadoras y de derecha, demuestra que muchos de ellos aumentaron su número de seguidores a partir de la era Musk.

De modo inverso, ninguna de las docenas de cuentas populares liberales y de izquierda aumentó la cantidad de seguidores.  Musk llevó a Twitter en una dirección de derecha al apoyar públicamente al gobernador de Florida Ron DeSantis para presidente y organizar su compaña presidencial.

También restableció la cuenta de Donald Trump, que había sido quitada de Twitter por apoyar el ataque al Capitolino del 6 de enero de 2021. También Musk hizo explícitas sus simpatías por el ex presentador de Fox News Tucker Carlson al lanzar su nuevo programa en X. Carlson y X firmaron un acuerdo de reparto de ingresos a principios de octubre de 2023, según publica The Washington Post.

Por otra parte, tanto el software de X como el sistema de verificación “blue check” elevaron los tuits de los suscriptores de pago, muchos de ellos pertenecientes a personas influyentes de orientación conservadora.

Personas que han trabajado con Musk y su mano derecha, Linda Yaccarino afirman que pretenden convertir X en un foro autónomo de contenidos de creadores donde la gente pueda ver programas originales como el de Carlson, según el artículo firmado por los periodistas Will Oremus, Elizabeth Dwoskin, Sarah Ellison, Jeremy B. Merrill.

Según una investigación de la Universidad de Washington, los autodenominados “agregadores de noticias” y los investigadores de código abierto superaron con creces a los medios tradicionales en el sitio durante la guerra entre Israel y Gaza.

“Twitter solía ser el lugar donde las conversaciones sobre política y noticias se definían minuto a minuto. No creo que sea porque yo sea demócrata o de izquierdas, simplemente ya no es un lugar donde obtener información veraz”, afirmó Dan Pfeiffer, director de comunicaciones de la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama.

El 26 de junio, Yaccarino, la gerente general de la red X, recibió a Justin Wells, productor ejecutivo del programa de Carlson en Fox News, para hablar de una posible asociación. Fue el primer día de Yaccarino en la empresa. Carlson debía dejar su puesto en la Fox News y Yaccarino quería formalizar la relación y compartir los ingresos publicitarios del periodista. Yaccarino, procedía de la NBC News y logró lo que se proponía.

Otro elemento tomado por The Washington Post para sus afirmaciones es que cuando X lanzó un programa de reparto de ingresos en julio pasado, la lista de socios iniciales se inclinó hacia la derecha, “incluyendo al misógino confeso Andrew Tate, una cuenta llamada End Wokeness, y varias figuras que habían sido expulsadas de Twitter antes de que Musk las readmitiera”.

El magnate instaló un nuevo software que permitía a cualquiera ser verificado mediante la compra de una suscripción de US$ 8 al mes. Las respuestas de esas cuentas tienen prioridad sobre los de los usuarios que no pagan. Luego instaló el servicio X Premium, de personas influyentes conservadoras.

“Cualquiera que pague US$ 8 al mes, el algoritmo pone ahora sus opiniones en la parte superior de las noticias”, dijo Brandon Borrman, ex vicepresidente de comunicaciones de Twitter. “Y muchos de los que pagan coinciden con la visión del mundo de Elon”.

En agosto, un análisis de The Washington Post descubrió que X limitaba en secreto el tráfico a The New York Times y a Facebook, entre otros sitios que no gustan a Musk. Y en setiembre X dejó de mostrar los titulares de los artículos compartidos en el sitio.

El impacto general de estos cambios “ha sido degradar la capacidad del público para encontrar información fidedigna”, según NewsGuard, una organización sin fines de lucro que supervisa la credibilidad de los medios de comunicación.

NewsGuard descubrió que X fue uno de los principales proveedores de desinformación en las primeras semanas del conflicto entre Israel y Hamas. Tres cuartas partes de las publicaciones más virales en la plataforma que avanzaban desinformación procedían de cuentas “verificadas”, muchas de ellas anónimas, concluyó la organización sin ánimo de lucro.

Musk no siempre fue tan partidista. Dice que apoyó a Obama, y sus intereses empresariales en Tesla y SolarCity se alinearon con el apoyo liberal a las subvenciones para energías limpias. Pero se desencantó de la izquierda por sus críticas a los multimillonarios, su apoyo a los sindicatos y sus políticas raciales y de género.

En 2021, Musk despotricaba contra los cierres provocados por la Covid-19 y denunciaba lo que denominaba un “virus mental woke” que, según él, amenazaba el futuro de la civilización. Al pasar tiempo en Twitter, vio síntomas del “virus” en las políticas de la plataforma social sobre lo que consideraba incitación al odio. Por aquel entonces, Musk empezó a acumular acciones de Twitter, recurriendo a su fortuna personal para convertirse en el mayor accionista de la empresa.

Anika Collier Navaroli, ex alta funcionaria de Twitter que testificó el año pasado ante el comité del 6 de enero de la Cámara de Representantes, dijo que Musk en muchos sentidos está llevando a Twitter de vuelta a su era “pre-2016″, cuando el sitio adoptó un enfoque de laissez-faire para moderar el contenido de los usuarios. “Parece que la versión de Elon Musk de la libertad de expresión era que él y sus amigos pudieran hacer discursos de odio sin meterse en problemas”, dijo.

Yaccarino afirmó que el negocio de Twitter estaba en alza: 90 de los 100 principales anunciantes de Twitter habían vuelto al servicio, y la plataforma contaba con 540 millones de usuarios activos, más del doble de los 206 millones que tenía en 2021. Pero ahora que la compañía no es una red social sino de propiedad privada no tiene que presentar informes a la Comisión del Mercado de Valores y los datos sobre el negocio son reservados.

Según el artículo de The Washington Post, el panorama no es tan halagüeño como lo describió Yaccarino. “Los ingresos no han vuelto, los anunciantes no han vuelto y gran parte de ello es decisión de Elon Musk”, dijo una persona familiarizada con las operaciones de la compañía, que habló bajo condición de anonimato para describir asuntos internos. “Las cuentas no cuadran. Creo que tienen una pista de aterrizaje muy corta”.

Similarweb, una empresa de datos y análisis digitales, dijo que el tráfico web global a X se redujo un 14% interanual, y el tráfico al portal de Twitter para anunciantes, un sitio web que los anunciantes visitan para comprar anuncios, se redujo un 16,5%.

La consultora de marketing Ebiquity, que trabaja con 70 de los 100 anunciantes que más gastan en Estados Unidos, declaró este mes que sólo dos de sus clientes se anuncian actualmente en X, frente a los 31 del mes anterior al cierre de la compra por parte de Musk.

Christopher Rufo, miembro del conservador Manhattan Institute y uno de los principales defensores de teorías racistas dijo sobre X: “Antes inclinaba la cancha hacia la izquierda, y ahora creo que está bastante igualado. En términos relativos, es una gran ventaja para la derecha”.

 

 

 

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